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¿Qué es eso llamado TDAH?

El Trastorno por déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH) es un trastorno crónico de origen neurobiológico que presenta una incidencia muy elevada en población infantil y juvenil. Según la última versión del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM V) el TDAH ocurre en la mayoría de las culturas en aproximadamente el 5% de los niños y el 2,5% de los adultos.


Se trata de un trastorno que aparece en los primeros años de la infancia, y que presenta 3 síntomas característicos:


  • Déficit de atención. Se distraen con facilidad, presentan dificultades de concentración, les cuesta cumplir órdenes e instrucciones, parece que no escuchan.

  • Hiperactividad. Se mueven en exceso y en situaciones en las que no deben hacerlo, tienen mucha curiosidad, pueden presentar conductas de riesgo (subirse en muebles, etc.), hablan mucho, hacen ruidos inapropiados, cambian constantemente de actividad.

  • Impulsividad. Presenta dificultades para inhibir su pensamiento y comportamiento, parece que no tienen miedo, a veces realizan un juego agresivo o destructivo, interrumpen, piden atención constantemente, no saben esperar, se precipitan al responder.


Probablemente muchos padres identifiquen a sus hijos con algunos de estos síntomas, pero debemos tener en cuenta que no todos los niños movidos o despistados presentan un TDAH. Según EINAQ (European Interdisciplinary Network for ADHD Quality Assurance, 2004), es necesario que:


  • Sean más graves (más frecuentes y de mayor intensidad) que los de los otros niños de la misma edad y nivel de desarrollo.

  • Se presenten en varios entornos diferentes (por ejemplo, en casa y en el colegio)

  • Interfieran de forma negativa en la vida cotidiana del niño.

  • Cambien con la edad. Esto es, si bien en los primeros años predominan la hiperactividad y la inatención, a medida que el niño entra en adolescencia disminuye la hiperactividad, se mantiene la inatención y aumenta la impulsividad.


El papel de los padres en el abordaje de las dificultades propias del TDAH resulta determinante. Es muy importante que conozcan en qué consiste el trastorno y que aprendan estrategias psicológicas para manejar las dificultades que pueden derivarse de él, entre ellas:


  • Propiciar un ambiente ordenado y el establecimiento de rutinas para facilitar hábitos como el sueño, la alimentación, etc.

  • Fomentar juegos controlados que estimulen la atención (rompecabezas, cuentos, historias contadas, etc.)

  • Enseñar a los niños a cumplir normas, dejarles claro qué es lo que se espera de ellos, así como las consecuencias de romper esas normas.

  • Elogiarles y reconocer su esfuerzo cuando su comportamiento es adecuado, es importante “pillarles” haciendo cosas bien.

  • Se pude utilizar el castigo en situaciones específicas, para disminuir conductas negativas. Debe ser proporcional, cumplirse inmediatamente y no ir acompañado de contacto físico, insultos o broncas. Si queremos que el castigo sirva de algo, el niño debe saber en todo momento por qué se le ha castigado y qué es lo que se espera de él.

  • A la hora de dar órdenes, éstas deben ser claras y concisas. Se deben dar las instrucciones de una en una, sin gritar. Debemos asegurarnos de que se nos ha entendido, para ello podemos pedirle al niño que nos repita lo que se le ha dicho.

La actuación de los padres con un niño con TDAH requiere no tirar nunca la toalla, tener paciencia y fomentar una autoridad sana, ofreciendo un modelo de comportamiento adecuado y siendo exigentes, pero también comprensivos y cariñosos.

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