Autoestima. Claves para aprender a quererse
Todos hemos oído hablar de ella, pero ¿tenemos claro qué es la autoestima?
Es la valoración que hacemos de nosotros mismos, y se basa en todos los pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias que hemos ido recogiendo a largo de nuestra vida. Además, no es algo permanente, sino que se va modificando como resultado de nuestra interacción con el mundo que nos rodea.
Tiene múltiples facetas; diferentes percepciones sobre nuestra forma de funcionar en los diferentes contextos en los que nos movemos, que no tienen por qué coincidir. Esto es, podemos sentirnos muy satisfechos con nuestro desempeño a nivel laboral, y poco a la hora de relacionarnos con los demás.
Cuando entendemos que existe mucha diferencia entre cómo nos percibimos y cómo nos gustaría ser, y esa diferencia es negativa, hablamos de baja autoestima. Al sentirse con poca capacidad, las personas con baja autoestima muchas veces evitan enfrentarse a situaciones nuevas por miedo a fracasar. De esta manera evitan también ponerse a prueba, y comprobar de lo que son capaces, reforzando así los sentimientos de poca valía que les generan malestar.
Teniendo en cuenta lo importante que es sentirse bien con uno mismo, ¿qué puedes hacer para mejorar tu autoestima?
Cuida tu cuerpo y tu aspecto. Estar sano y sentirte a gusto con tu imagen te hará sentir bien.
Haz cosas que te gusten. Es importante que realices actividades que te aporten satisfacción.
Háblate con respeto. No te insultes o te reproches tus equivocaciones, eso solo hará que te sientas peor.
Entiende el error como una oportunidad para aprender. Todo el mundo se equivoca, no te condenes por ello.
Reconoce y premia tus virtudes. Puedes escribir cada día lo que te ha hecho sentir bien para aprender a fijarte en lo positivo.
Sé realista con lo que te pides a ti mismo. A veces los cambios no se dan de un día para otro, sino poco a poco.
Márcate objetivos y diseña estrategias para conseguirlos. Trabaja día a día para conseguir lo que quieres.
Interpreta la realidad de forma realista. Evita fijarte solo en lo negativo y obviar lo positivo, es importante tenerlo todo en cuenta.
Cuida las relaciones con los demás. Intenta ser asertivo a la hora de relacionarte, esto es, defiende tus derechos respetando los de los demás.
Aprende a mantener el control en momentos de tensión. Cuando percibas que empiezas a sentirte mal, para, es más fácil controlar las emociones en una intensidad baja. Si te cuesta pensar porque estás muy alterado, sal de la situación y cambia de actividad. Puedes utilizar también alguna herramienta para relajarte (respiración, imaginarte cosas que te gusten…). Una vez te sientas más tranquilo, valora de forma objetiva lo sucedido (que pasó, qué pensaste, cómo te sentiste), y reflexiona sobre si hubieses podido pensar de otra manera para abordar la situación.
Cuando tengas un problema intenta solucionarlo. Los problemas no se resuelven solos, evitarlos no hará que desaparezcan. Si no encuentras la forma de abordarlo, pide ayuda.
La clave para sentirnos bien con nosotros mismos y con los demás radica en la forma que tenemos de valorarnos. Es importante hacerlo desde una perspectiva realista de nuestros puntos fuertes y nuestros puntos de mejora para tener una autoestima ajustada, y orientada a la mejora permanente.
