Aprende a estudiar mejor. La importancia de la atención
Entre las diferentes habilidades necesarias a la hora de estudiar, la atención es una de las que tiene un papel más importante. El estudio efectivo requiere que prestemos atención voluntariamente a la información que debemos retener. Esto es, requiere una elección y como tal, un esfuerzo para salvar el conflicto de atracción que ejercen otros estímulos. Teniendo en cuenta este peso tan determinante, ¿tenemos claro qué es la atención?
La mayoría de nosotros tiene una ligera idea de lo que es, de hecho, no es extraño oír expresiones como “tienes que prestar más atención”, “me cuesta concentrarme” o “soy muy distraído”.
Desde un punto de vista psicológico podemos definir esta capacidad cognitiva como el mecanismo implicado en la activación y el funcionamiento de los procesos de selección, distribución y mantenimiento de la actividad psicológica (García, 2013).
Una de las características más importantes de la atención como capacidad psicológica es la de no ser totalmente innata. Esto es, nuestra capacidad atencional no depende únicamente de factores genéticos y hereditarios, sino también del aprendizaje y la interacción continua con el ambiente que nos rodea. Esto implica que se puede modificar y mejorar con la práctica, y que hay factores que la pueden favorecer.
¿Qué podemos hacer para favorecer nuestra atención y mejorar el estudio?
Controlar algunos estímulos físicos ambientales. Nuestro rendimiento a la hora de estudiar o concentrarnos mejorará si las condiciones ambientales son favorables. Se recomienda una temperatura media de 22-24ºC y que la zona de trabajo esté ventilada.
Eliminar distractores. Tener la televisión encendida, escuchar música o estar cerca de conversaciones ajenas se convierten en auténticos distractores. Lo mejor es estar en silencio, alejarnos de los ruidos.
Tener orden. El orden exterior en el entorno físico facilita el orden mental. Se recomienda crear ambientes lo más ordenados posible y crear rutinas que nos ayuden a organizar y planificar el trabajo.
Dormir un número de horas suficiente. Si no hemos descansado lo necesario, estaremos más inquietos y nos costará más concentrarnos.
Hacer ejercicios de respiración y relajación. El estrés, los estados de tensión y la ansiedad son factores que influyen negativamente no solo en nuestro estado emocional, sino también en la atención. La relajación y la respiración nos pueden ayudar a reducir los niveles de ansiedad y consecuentemente a mejorar nuestra capacidad de atención.
Estudiar es un proceso complejo, pero con las herramientas adecuadas, entre ellas la atención, puedes conseguir mejores resultados.