Relaciones tóxicas, ¿me puede estar pasando a mi? Parte II
La semana pasada os explicábamos qué era el maltrato psicológico, veamos ahora cuáles pueden ser las señales de su existencia en la relación de pareja.
Insultos y gritos. Suele menospreciar las capacidades de su pareja y tiende a y ridiculizarla. En la gran mayoría de las ocasiones la persona que sufre maltrato psicológico tiende a creer que es cierto, asume así la culpa de lo que le ocurre e interioriza los insultos y los gritos, y deja de realizar determinadas conductas para evitar conflictos en la relación.
Se dan celos excesivos y un exceso de control en la vida personal. Se anula la autonomía de la persona y se la domina en la toma de decisiones, controlando sus relaciones, forma de vestir, actividades lúdicas, entre muchas otras áreas. El exceso de control anula todo tipo la privacidad de la persona llegando a revisar sus redes sociales, dispositivos móviles, cuentas de correo, finanzas, etc.
Aislamiento. La persona que ejerce maltrato psicológico tiende a romper los vínculos de su pareja tanto con los familiares como con amigos, de forma que usa insultos y términos despectivos hacia la red social próxima a la persona, además de controlar el tiempo de contacto que puede estar con ellos.
Amenazas. Se da una constante amenaza con abandonar la pareja, te hace creer que nadie más te va a querer si la pareja se rompe, e incluso en ocasiones puede usar la violencia física o lanzar objetos cuando se enfada de forma que intimida al otro miembro de la pareja.
Persecución. Desconfía en todos los ámbitos de su pareja, lo que lleva a espiar y perseguir al otro miembro tanto en el ámbito laboral, como social. Su inseguridad puede llegar a seguir su día a día, revisar su correspondencia, teléfono móvil, correos chats personales. No dejándole intimidad y sintiéndose acosado.
Presión emocional y sexual. Es habitual también que la persona maltratadora genere fuertes sentimientos de culpa y remordimientos, para lograr lo que desea y tener todo bajo su control generando la dependencia emocional que desea. Además, llega a presionar en algunas ocasiones para tener relaciones sexuales cuando el otro miembro no lo desea, pero acaba por ceder por miedo a las posibles consecuencias.
Restricciones económicas y laborales. Desea controlar la economía familiar, para evitar así que el otro miembro tenga independencia, de esta manera supervisa cada acto que realiza ya que el control económico recae en sus manos. A la par, pone trabas constantes al ejercicio laboral de su pareja, desvaloriza sus capacidades laborales, proyectos y valores evitando que la otra persona pueda crecer profesionalmente. Siempre sus logros son más importantes que los del otro miembro.
Es importante detectar el maltrato psicológico por sus efectos a corto, medio y largo plazo, entre ellos:
Estrés y tensión: sensaciones de opresión, ahogo y fatiga, palpitaciones, trastornos del sueño, nerviosismo, irritabilidad, dolores de cabeza, trastornos digestivos, ansiedad…
Miedo ante los encuentros y las reacciones de la pareja maltratadora.
Depresión: tras una larga serie de intentos y fracasos para solucionar la situación, aparece desmoralización y sensación de indefensión, desánimo y tristeza.
Ante el maltrato psicológico tan importante es prevenir como actuar, si identificas algunas de las señales es conveniente que solicites ayuda. Puedes hacerlo a través de los canales oficiales (016) y también solicitando ayuda a los profesionales de la psicología.
La psicoterapia en estos casos tiene como objetivo:
Trabajar y recuperar aquellas áreas que se puedan ver deterioradas en cada caso.
Potenciar las habilidades interpersonales la asertividad, la independencia, la autoconciencia emocional y la autoactualización (desarrollando tu talento y potencialidades personales logrando realización y satisfacción personal).
Trabajar el autoconcepto que tenemos de nosotros mismos, para tener una imagen realista de cómo somos, nuestras capacidades, virtudes.
Adquirir habilidades para el manejo del estrés, aprender a tolerarlo.
Aprender a controlar y gestionar los impulsos.
Mejorar el estado de ánimo y la motivación.
Disminuir la dependencia hacia la persona que supuestamente está ejerciendo el maltrato psicológico.
Trabajar los pensamientos que nos pueden atormentar como la culpa, el miedo, o la autodescalificación.
Ver la realidad desde otra perspectiva más positiva.
Empoderarse, recuperando el control y el dominio de las decisiones y de la propia vida, sintiéndote dueño de la misma.
Ser consciente de que se ha entrado en el bucle de la dependencia emocional y el maltrato psicológico es clave para salir de él. A partir de ahí se trata de trabajar y pedir ayuda si es necesario, para recuperar el bienestar emocional y las riendas de la propia vida.