Enuresis infantil. Qué es y cómo gestionarla
¿Es normal que a mi hijo se le escape el pipí? ¿Tiene un problema físico? ¿Qué podemos hacer?
La enuresis infantil es uno de los problemas que más agobia a las familias y que consecuentemente mayor malestar genera en los propios niños.
La eliminación de la orina es una función básica que se realiza de forma instintiva desde el nacimiento y que en los primeros años de vida evoluciona desde la dependencia hasta la autonomía. Este proceso evolutivo suele extenderse hasta los 4 o 5 años, y en él los niños van adquiriendo una serie de aprendizajes que les conducirán secuencialmente al control de sus esfínteres tanto de día como de noche.
La mayoría de los niños consigue el control de la micción durante el día entre los 2 y los 3 años. La continencia nocturna suele tardar algo más, una de cada diez niños no la consigue antes de los 6 años. A partir de esa edad si el/la niño/a se sigue haciendo pis en la cama, se recomienda buscar ayuda profesional.
Teniendo en cuenta esta información, ¿qué es la enuresis infantil?
La palabra enuresis hace referencia a la emisión repetida de orina en lugares inapropiados, como la ropa o la cama, en niños mayores de 5 años (edad en la que se supone que el/la niño/a ya debería haber adquirido el control urinario) y sin que exista una causa física que motive la incontinencia. La enuresis es una problemática bastante frecuente entre los niños, según diferentes estudios entre un 8 y un 23% de los niños la padecen, y se da más en niños que en niñas.
Según el proceso de aprendizaje hablamos de enuresis primaria (cuando el niño no ha controlado nunca el pipí) o secundaria (cuando el niño después de controlar el pipí durante al menos 6 meses vuelve a presentar episodios de enuresis). Y en función del momento del episodio existe la enuresis diurna (cuan la incontinencia se da durante el día) o nocturna (cuando se produce por la noche).
¿Qué pueden hacer los padres para ayudar a sus hijos a controlar la enuresis?
Estas son algunas de las pautas que autores como F. Hijano recomiendan para abordar el problema:
Evitar castigos y reproches. Los niños no mojan la cama voluntariamente, y con recriminaciones únicamente se consigue aumentar su malestar e impotencia. Se recomienda desdramatizar, mostrar comprensión y ayuda.
Animar y motivar al niño. Se trata de reforzarle cada vez que consiga pequeños avances y buscar una forma de compensarle cuando consiga el objetivo que se le proponga. Por ejemplo, en un caso de enuresis nocturna, se puede poner un calendario en su habitación para que vaya marcando los días que se levanta seco, así verá más clara su evolución. Se pueden pactar recompensas como ir al cine o realizar alguna actividad que le guste cuando alcance el objetivo propuesto (por ejemplo, después de una semana sin mojar la cama).
Controlar la ingesta de líquidos. No se trata de que el niño no beba nada antes de acostarse, sino de que beba con normalidad a lo largo del día. También es muy importante que adquiera el hábito de ir al baño antes de acostarse.
No culpar, pero sí responsabilizar. Hay que dejar claro que el niño no es culpable de lo que le pasa, y que su colaboración es necesaria para resolver el problema. La idea es que asuma su papel participando en el proceso no culpándole. Por ejemplo, que ayude a cambiar las sábanas cuando se dé un episodio de enuresis.
Entrenar en hábitos adecuados. Se recomienda interrumpir varias veces la micción y volver a reiniciar el flujo, también contraer y relajar el esfínter para ayudar a controlar la micción. También es importante que adopten la postura adecuada cuando van a hacer pis: los niños de pie y las niñas sentadas en ángulo recto con los pies en el suelo.
Acompañar el desarrollo infantil y promover una crianza óptima implica fomentar hábitos saludables para educar y cuidar las propias necesidades fisiológicas. Se trata de disfrutar de la crianza como un proceso de acompañamiento que requiere su tiempo, un tiempo que es propio de cada niño que hay que comprender y respetar.
