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¿Qué es el mobbing?



¿Alguna vez has sentido que en tu trabajo tus compañeros te aíslan, te manipulan, te desacreditan como profesional, o devalúan tu rol laboral de forma intencionada?


Probablemente, toda persona que se haya introducido en el mundo laboral está expuesta a la posibilidad de vivir alguna de estas situaciones. Como cualquier situación de interacción social, en el trabajo estamos sujetos a las características personales de aquellos con quienes entablamos dichas relaciones profesionales, especialmente si existe una jerarquía dentro de la empresa.


Así pues, ¿cuándo se convierte esto en un problema? Pues cuando dicha violencia psicológica se ejerce de manera sistemática y repetida durante un largo periodo de tiempo. Aquí es cuando pasaríamos de tratar todas estas situaciones como hechos aislados y empezaríamos a llamarlo por su nombre: mobbing (o bossing, en caso de que sea acoso psicológico del jefe hacia su empleado).


Las características más destacables tanto del mobbing como del bossing son, principalmente, que la organización de la empresa o centro permite que esto ocurra, y que dicho acoso se produce de forma intencional. Así mismo, en ocasiones se intenta confundir a la víctima para que ésta crea que es la culpable de todo lo que le está ocurriendo, un tipo de manipulación propia del maltrato dentro de la pareja.


La persistencia del acoso suele generar un gran malestar en la víctima, llegando incluso a provocar problemas psicológicos serios como, por ejemplo, ansiedad o depresión. De la misma forma, su rendimiento laboral tiende a disminuir debido a la tensión permanente a la que está sometida, especialmente en los casos donde se la intimida o se le niega la comunicación.


Cuando hablamos de acoso psicológico en el ámbito laboral, la mayoría de autores coinciden en que se puede diferenciar en tres tipos:


  • Mobbing ascendente: este tipo es el que ejercen uno o varios subordinados sobre una persona con un rango jerárquico superior en la empresa. Suele darse, sobretodo, cuando no se acepta la metodología de alguien recién incorporado o ascendido.


  • Mobbing horizontal: este suele ser ejercido por un grupo de trabajadores, los cuales se dedican a acosar a un compañero que ostenta el mismo nivel jerárquico con el pretexto de conseguir un objetivo.


  • Mobbing descendente o bossing: suele ser el más habitual. En este, una persona con un rango jerárquico superior ejerce el poder a través del acoso psicológico hacia un empleado, normalmente con el objetivo de realzar su posición en la jerarquía laboral.


Estos tres tipos de acoso también se pueden realizar con otros fines: que el empleado rescinda su contrato de forma voluntaria, prescindir de un trabajador poco sumiso o que no se ajusta a las expectativas del jefe (para así dejarlo en evidencia), manipular u hostigar a un compañero de trabajo o, inclusive, crear un clima laboral en el que no se permita contrariar al jefe.


Dicho esto, ¿cómo debemos actuar ante una situación de mobbing? Lo más importante es que la víctima acuda a un profesional de la salud mental que le ayude a paliar los efectos psicológicos derivados del acoso laboral a la que está sometida. Así mismo, deberá ponerse en contacto con un superior de la empresa, con el fin de denunciar, por escrito, dicha situación. En caso de que sea ignorado o que la persona que ejerce el acoso sea este mismo superior, la víctima debería plantearse tomar medidas a nivel jurídico.


El acoso psicológico en el ámbito laboral es una realidad que, por desgracia, está más extendida de lo que debería. Es importante concienciarnos de qué conductas definen el mobbing, identificar si ocurren dentro de nuestra empresa, y estar listos para actuar en caso afirmativo, para así evitar las consecuencias psicológicas, laborales y sociales que éste puede llegar a producir.

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