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Padres separados. Claves para preservar el bienestar de los hijos



Cuando una relación de pareja se termina, no siempre es fácil llegar a acuerdos, más cuando hay hijos de por medio. En la sociedad actual, las separaciones y divorcios son cada vez más frecuentes. Se trata de situaciones que en muchas ocasiones conllevan un importante estrés y malestar no solo para los padres sino también para los hijos si no se gestionan de manera adecuada.


En anteriores entradas os hablamos de cómo comunicar la separación a los hijos, y también de las consecuencias que puede tener una mala gestión de la situación. En este punto, es importante señalar que una separación o divorcio, si bien suponen un cambio importante para todos los miembros de la familia, no tienen por qué suponer la vivencia de una experiencia traumática para los hijos. El bienestar de los niños cuyos padres se separan puede preservarse siguiendo ciertas pautas y recomendaciones para facilitar su adaptación a la nueva situación familiar, algunas de ellas son:


  1. Hablar con los niños para aclarar dudas y evitar confusiones sobre la ruptura y su convivencia con cada uno de los padres. Es importante que los adultos adapten su lenguaje a la edad de los niños, que expliquen lo que va a pasar de manera sencilla, evitando juzgar o descalificar.

  2. No utilizar a los hijos para hacer daño al otro. Muchas veces los niños sienten que tienen que elegir entre sus padres, lo que les puede generar un gran malestar emocional.

  3. Evitar cargarles en exceso a nivel emocional. Es muy importante no implicarles en las discusiones y en determinadas tomas de decisiones. No son adultos y su función no es la de mediar entre sus padres.

  4. Dedicarles tiempo y realizar alguna actividad de ocio. Aunque cueste, hay que dedicar tiempo a disfrutar con los niños.

  5. Facilitar la relación de los niños con las respectivas familias extensas de ambas partes. Esto es, que los niños puedan estar con los abuelos, tíos, primos, etc. tanto maternos como paternos.

  6. Mantener las rutinas de los hijos. Facilitar que sigan teniendo su vida en cuanto a horarios, actividades extraescolares, tiempo de juego con amigos, etc.

  7. Coordinarse en los aspectos relacionados con la educación de los hijos. Hay que minimizar los cambios en lo que se refiere a reglas de convivencia. La separación de los padres no debería comportar cambios a nivel de normas y reglas en casa, sino que deberían preservarse las ya existentes en ambos contextos (paterno y materno), y de haber cambios, deberían consensuarse entre las partes para evitar malos entendidos.

  8. No ceder a los chantajes. En muchas ocasiones los niños intentan aprovecharse de la falta de comunicación entre los padres para sacar partido. Es importante contrastar la información con la otra parte antes de darla por válida.


Ante la ruptura de pareja es importante que los padres tengan claro que son ellos quienes se separan, no los hijos. No implicarlos en sus desavenencias y facilitarles la adaptación a esta nueva realidad familiar respetando sus ritmos, serán aspectos claves para preservar su bienestar emocional.

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