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¿Cómo afecta la primavera a nuestro estado de ánimo?



Dicen que “la primavera la sangre altera”, y lo cierto es que hay parte de verdad en ese refrán. La llegada de la primavera trae consigo cambios (aumento de horas de luz, subida de temperaturas, cambios de rutinas, etc.) que pueden producir ciertas alteraciones en nuestro estado de ánimo. Dependiendo de la persona, estas variaciones, pueden derivar en cansancio y melancolía, o en todo lo contrario, exaltación y alegría.


¿Por qué nos afecta la primavera? Según algunos autores, el aumento de luz y temperaturas propios de esta estación, favorecen que en algunas personas se altere la secreción de determinadas hormonas y neurotransmisores.


En esta época del año, algunos estudios también indican que suele aumentar el deseo sexual debido a cambios en la secreción de neurotransmisores como la oxitocina (una hormona relacionada con la formación de relaciones amorosas), la dopamina (un neurotransmisor que se relaciona con el placer) y la serotonina (un neurotransmisor relacionado con el estado de ánimo).


Como se ha señalado, los efectos de la primavera no se manifiestan ni afectan a todo el mundo por igual, sino que se pueden experimentar:


Alegría y exaltación. Como se ha explicado la primavera favorece la liberación de neurotransmisores y hormonas relacionadas con el placer, la felicidad, etc. De ahí que algunas personas se sientan llenas de energía, positivas, con ganas de hacer cosas (salir, quedar con amigos, etc.) lo que se ve favorecido por el aumento de horas de luz y el cambio horario.


Tristeza y melancolía. Algunas personas experimentan lo que suele llamarse astenia primaveral, que sería el estado anímico contrario y la alegría y la exaltación referenciadas con anterioridad. Se trata de una sensación de cansancio y debilidad que suele aparecer con la llegada del buen tiempo.


Los síntomas asociados a la astenia primaveral pueden variar mucho de una persona a otra, algunos de ellos serían la falta de memoria, problemas para dormir, dolores de cabeza, bajo estado de ánimo, disminución de la lívido, cansancio generalizado, falta de energía, anhedonia, etc.


Estos cambios también son debido a variaciones a nivel de neurotransmisores y hormonas derivados de los cambios de temperatura y horas de luz. Por ejemplo, la luz de sol favorece la aparición de melatonina, una hormona que facilita el sueño. El calor también hace que aparezcan con más facilidad sensaciones de cansancio y debilidad.


Si bien estos síntomas son transitorios y no suelen durar demasiado, seguir algunas recomendaciones facilitará nuestra adaptación:


  1. Practicar deporte o actividades que nos generen satisfacción nos ayudará a estar más activos y motivados para encarar el cansancio que puede ocasionar el cambio estacional.

  2. Seguir rutinas estables de sueño y llevar una dieta equilibrada. Descansar bien nos ayudará a adaptarnos con más facilidad a los cambios horarios.

  3. Fomentar las relaciones sociales, y compartir tiempo con personas cercanas favorece el sentirse acompañado y apoyado en este proceso de adaptación.

  4. Mantener una actitud positiva. Esto es, restar importancia a la situación nos ayudará a mejorar el bajo estado de ánimo que suele ir asociado a la astenia primaveral.

  5. Tener paciencia, y ser consciente de que nuestro cuerpo necesita algo de tiempo para adaptarse.


La primavera es una estación frecuentemente asociada a cambios en nuestro estado de ánimo. Seguir una rutina de vida saludable, realizar actividades placenteras y mantener una actitud positiva nos ayudará a adaptarnos a los cambios que conlleva esta época del año.

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