¿Cómo afecta el calor a nuestro bienestar psicológico?
En los últimos días el aumento de las temperaturas está siendo notable. Ha empezado el verano, y con el inicio de esta estación también ha llegado la primera ola de calor. Los meteorólogos describen este fenómeno como un episodio de temperaturas anormalmente altas que se mantienen durante varios días o semanas y afectan a una parte importante de un país.
Los diferentes estudios realizados, indican que las altas temperaturas son percibidas por nuestro cuerpo como una amenaza. Nuestro organismo aumenta sus niveles de estrés iniciando una lucha para poder enfriarse y recuperar el equilibrio, lo que genera una sensación importante de agotamiento.
Generalmente, el aumento de temperaturas de forma moderada tiene un efecto positivo en nosotros, ya que mejora nuestro estado de ánimo. Sin embargo, cuando este aumento del calor es extremo suele conllevar consecuencias negativas provocando: irritabilidad, mal humor, apatía, dificultades de concentración, disminución de nuestro rendimiento físico y cognitivo, sensación de agotamiento, confusión, etc. Además, el insomnio provocado por la falta de descanso derivado de la asfixiante sensación térmica de las noches hace que estas sensaciones e irritabilidad que suelen darse durante el día se mantengan durante la noche, lo que genera un círculo vicioso que es importante atajar.
También hay que destacar que estas consecuencias son más probables en las personas consideradas más vulnerables, especialmente aquellas que sufren algún trastorno mental (depresión, ansiedad, bipolaridad, etc.) u otras enfermedades, así como también en los niños y personas de edad avanzada.
¿Qué podemos hacer para mejorar nuestro bienestar emocional en situaciones de calor extremo?
Organizar en casa o en lugares acondicionados actividades que nos resulten agradables.
Evitar salir en las horas de más calor, y aprovechar esos momentos para descansar.
Mantener nuestro cuerpo fresco hidratándonos y bañándonos con frecuencia.
Abordar los temas que nos preocupen o que nos resulten importantes al empezar o al acabar el día, cuando haya menos calor.
Incluir descansos en nuestra rutina o entre nuestras actividades diarias para manejar mejor el agotamiento.
Intentar mantener una actitud positiva, y disfrutar de las opciones que nos ofrece nuestro día a día.
