¿Cómo desarrollar un apego seguro en los niños?
La semana pasada os hablábamos de lo que es el apego y de los tipos que existen. Destacábamos la importancia de fomentar un apego seguro en los más pequeños para favorecer un desarrollo emocional sano y fomentar la creación de relaciones interpersonales de calidad.
Los diferentes estudios existentes sobre el tema, señalan que los niños a los que se ha tratado bien durante su primer año se sienten más satisfechos consigo mismos, con más confianza, mejor capacidad para gestionar sus emociones y mayor autonomía durante su vida. Parece claro que la calidad del afecto que aportan las figuras de referencia durante la infancia (generalmente los padres) es determinante en el desarrollo de una vida plena y saludable.
Teniendo en cuenta la importancia del establecimiento de un apego seguro durante la infancia, planteamos una serie de recomendaciones para favorecerlo:
Dar protección y seguridad. Los niños nacen como seres indefensos, es importante que se sientan protegidos y seguros por sus figuras de referencia.
Permitir la curiosidad y autonomía. Es importante permitirles que exploren, que interaccionen con su entorno para que aprendan poco a poco del mundo que les rodea por sí mismos.
Responder a sus preguntas. Los niños son muy curiosos, y hay muchos aspectos que es posible que no entiendan, de ahí que como adultos sea importante que respondamos a su curiosidad adecuando nuestro lenguaje a sus capacidades.
Dar feedback a lo que hacen. Muchas veces quieren que miremos lo que hacen, lo que para ellos es una forma de asegurarse de que están actuando correctamente. Es clave atenderles y dedicarles tiempo en este aspecto.
Establecer límites claros. Decir “no” aunque nos cueste es fundamental para un correcto desarrollo y autoestima, así como mantenerse firme y coherente en el establecimiento de las normas.
Ser empáticos y responder a lo que necesitan. Es importante ponerse en su lugar y comprender cómo se sienten para poder cubrir sus necesidades.
Comprenderles y ayudarles a expresar sus emociones. La idea es enseñarles que todas las emociones son válidas, pero hay que aprender a expresarlas desde la asertividad, ya que no siempre el comportamiento que va asociado a las mismas es adecuado.
Creer en sus posibilidades y dar confianza. Fomentar su autoestima actuando como guías les ayudará a crecer como seres humanos emocionalmente sanos.
