Pautas y recomendaciones para afrontar el confinamiento
En los últimos días estamos viviendo una situación excepcional a raíz de la pandemia originada por el coronavirus. En el contexto actual, es importante tener en cuenta que además de las consecuencias médicas directas originadas por este virus, las medidas tomadas para hacerle frente (el confinamiento y el encierro) pueden también originar efectos negativos en el equilibrio emocional de la sociedad.
Según varios estudios sobre el tema, se indica que los efectos psicológicos negativos originados por el confinamiento pueden llegar a incluir síntomas de estrés postraumático, confusión e ira.
¿Qué podemos hacer para sobrellevar el confinamiento?
Organizar y planificar rutinas. Es importante levantarse más o menos a la misma hora y planificar actividades para hacer durante el día, no improvisar. Si convivimos con más gente se recomienda acordar ciertas normas de convivencia para respetar las necesidades y espacios personales.
No sobreinformarnos. Esto es, hay que estar informados, pero sin pasarse. Lo recomendable es consultar varias fuentes fiables de información, y evitar estar todo el día pendiente del tema.
Mantener comunicación con nuestros seres queridos. Llamar por teléfono, mandar mensajes, utilizar redes sociales,… son opciones que nos permiten permanecer en contacto con nuestra familia y amigos. Estar confinado no tiene por qué decir estar aislado, y compartir con nuestros seres queridos cómo nos sentimos y lo que hacemos en nuestro día a día nos ayudará a sobrellevar la situación.
Hacer ejercicio. Podemos utilizar tutoriales y aplicaciones para realizar actividades que impliquen actividad física y evitar así el sedentarismo.
Cuidar el aseo personal y la higiene. Estar en casa no tiene porqué implicar ir todo el día en pijama. Arreglarnos y sentirnos bien con nuestra imagen contribuye tanto a nuestra satisfacción personal como al establecimiento de rutinas.
Aprovechar para realizar tareas o actividades pendientes. Todos solemos tener tareas para las que nos falta tiempo (leer un buen libro, cocinar, hacer alguna pequeña reparación en casa, etc.). Este es un buen momento para dedicarnos a esas actividades.
Cuidar nuestra forma de comunicarnos con los demás. Con la convivencia es muy probable que aparezcan los roces. Es importante cuidar nuestra forma de decir las cosas para evitar conflictos y ser capaces de encontrar soluciones consensuadas a partir del diálogo.
En este contexto es importante que tengamos presente que, si bien no es fácil gestionar lo que estamos viviendo, se trata de una situación temporal de la que, aunque ahora es probable que nos cueste creerlo, aprenderemos mucho no solo de los demás, sino también de nosotros mismos.
