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Confinamiento y niños, ¿cómo lo gestionamos?



Permanecer todo el día en casa durante semanas es una situación que se sale de lo normal. El confinamiento ha cambiado por completo el día a día de la sociedad, y si no se gestiona de una manera adecuada puede llegar a comprometer el bienestar emocional de niños y adultos.


En el caso de los más pequeños, se encuentran en pleno proceso de desarrollo, lo que los hace más vulnerables a los cambios drásticos que se han dado en su entorno cotidiano. Es probable que en los últimos días los veamos más irascibles e inestables, que les cueste más hacer lo que se les pide, o que se muestren inquietos o preocupados.



¿Qué pueden hacer los padres para gestionar y prevenir posibles dificultades emocionales y de comportamiento en los niños?

  • Ofrecer información adecuada a la edad sobre la situación que se está viviendo. La incertidumbre de no saber el por qué de lo que se está viviendo puede generar malestar emocional y miedos que comprometan el bienestar de los más pequeños. Es importante explicarles la importancia de quedarse en casa y lo que se está viviendo adecuando la información a su capacidad de comprensión y nivel de desarrollo. Existen múltiples recursos en la red en forma de cuentos o historias que nos pueden ayudar en este aspecto.

  • Hacer un horario de rutinas y hábitos diarios. Podemos hacer un horario visual en el que se representen las rutinas diarias, intentando mantener las tareas que realizaban los niños antes del confinamiento. Lo recomendable es intercalar actividades de ocio (juegos, cuentos, etc.) con responsabilidades (deberes o tareas escolares) y pequeñas actividades de autonomía (vestirse, recoger juguetes, etc.) y colaboración familiar (poner la mesa, etc.).

  • Tener presente lo positivo del confinamiento. Es importante no centrarnos solo en lo negativo de la situación. El confinamiento también nos permite poder disfrutar de más tiempo con los hijos y disminuir el ritmo diario.

  • Mantener contacto con otros familiares o amigos mediante videollamadas, mensajes o llamadas telefónicas, nos ayudará a nosotros mismos y a los niños a sobrellevar la sensación de aislamiento.

  • Realizar actividad física cuando sea posible. El movimiento y la actividad física son muy importantes en el desarrollo de los niños, les ayuda a regular sus emociones y comportamiento. Montar pequeños circuitos en casa, jugar a pelota o salir al jardín son ejemplos de actividades que favorecerán el bienestar de los niños durante el confinamiento.

  • Evitar la sobreexposición a pantallas. Es importante consensuar o establecer tiempos concretos de exposición a nuevas tecnologías (tabletas, televisión, etc.) teniendo siempre presente la edad de los niños.

El confinamiento no solamente tiene efectos en los más pequeños, los adultos también podemos tener momentos en los que nos sintamos sobrepasados por la situación. Es importante tener cuidado con nuestras reacciones ante los niños en momentos agobio o desánimo, y aprender a gestionarlos desde la calma, evitando mensajes negativos o episodios desagradables que no harían más que empeorar la situación.

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