Pautas para controlar la ansiedad durante el confinamiento
Llevamos ya varias semanas confinados en casa, y si bien parece que poco a poco la situación se va estabilizando, la excepcionalidad y gravedad de la misma es normal que nos generen ansiedad y malestar.
Entendemos la ansiedad como una respuesta adaptativa que nos genera una serie de sensaciones psicológicas y físicas con el objetivo de movilizarnos y prepararnos ante situaciones que percibimos como amenazantes. Sin embargo, no existe una respuesta universal ante lo que entendemos como peligroso, sino que la respuesta dependerá de cada persona en particular.
En la situación actual la incertidumbre por no saber qué pasará y la exposición constante a información muchas veces negativa sobre cómo ha ido evolucionando la pandemia es normal que nos causen ansiedad. Interpretamos lo que estamos viviendo como un peligro real, lo que nos genera malestar y angustia.
¿Qué se puede hacer para gestionar la ansiedad durante el confinamiento?
Seguir las recomendaciones de higiene y seguridad centrando nuestros pensamientos en el presente, por ejemplo “estoy siguiendo las normas, me lavo las manos y guardo la distancia de seguridad” para favorecer el control que tenemos sobre la situación.
Establecer rutinas para evitar el agobio o aburrimiento por permanecer en casa mientras dure el confinamiento. Se recomienda levantarse más o menos a la misma hora y realizar actividades variadas, que impliquen tanto responsabilidades como ocio. Aprovechar para hacer cosas que normalmente no tenemos tiempo de hacer (leer un libro, organizar casa, etc.).
Evitar la sobreexposición a los medios. Es importante mantenerse informado, pero evitando estar todo el día pendiente y escuchando información sobre el mismo tema.
Expresar lo que se siente o piensa sobre la situación. Dedicar un tiempo a explicar lo que se siente o preocupa a personas de confianza es importante de cara a mejorar el bienestar emocional.
Mantener contacto con los seres queridos. Estar confinado no significa estar aislado, es muy recomendable dedicar tiempo a hablar con nuestros allegados de cara a favorecer nuestro bienestar.
Utilizar técnicas de relajación y respiración si lo consideramos necesario, y pedir ayuda profesional si el malestar generado por la ansiedad llega a comprometer nuestro día a día.
La situación que estamos viviendo es nueva para todos, y es normal que nos genere malestar y angustia en algunos momentos. Es importante tener en cuenta que se trata de una situación temporal que, aunque nos cueste creerlo, también nos ayudará a crecer como personas.
