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Cómo ayudar a los más pequeños a dormir bien



Muchas veces la hora de irse a la cama se convierte en una pelea diaria entre padres e hijos. Los niños se resisten a dormirse por diversas razones, ya sea porque quieren estar más tiempo con sus padres, porque quieren ver la televisión, jugar o simplemente porque dicen no tener sueño. Por otro lado, los padres insisten en que es hora de acostarse, en que hay que descansar para rendir bien al día siguiente, etc. Al final, lo más probable es que la situación termine en conflicto entre las dos partes.


En estas circunstancias ¿qué se puede hacer? ¿cómo se puede ayudar a los más pequeños a dormir bien? Proponemos una serie de pautas y recomendaciones para establecer una rutina de sueño que favorezca que los niños se vayan a dormir sin rabietas:


  1. Realizar actividades tranquilas antes de acostarse. Leer un cuento es una actividad muy recomendable antes de dormirse. También se puede aprovechar ese momento para repasar el día, aclarar malentendidos o hablar de lo que se hará al día siguiente. Si se les ayuda a expresar sus inquietudes, se dormirán más relajados.

  2. Evitar que los niños vean la televisión o jueguen con nuevas tecnologías antes de dormir. Este tipo de actividades pueden activarles, ponerles nerviosos, y dificultar así la conciliación del sueño.

  3. Fijar una hora para ir a la cama todos los días, siendo flexibles. Es bueno permitirles que opinen al respecto y pactar cambios cuando sea necesario.

  4. Utilizar ropa cómoda para dormir y asegurarse de que la temperatura es adecuada.

  5. Evitar dormir en la cama del/la niño/a, ya que de ese modo le costará más habituarse a dormir solo/a.

  6. No ir cada vez que llaman o se quejan. Si los padres van a la habitación a cada llamada, se refuerza que lo hagan. Lo recomendable es estar atento e ir solo cuando sea realmente necesario.

  7. Evitar que se levanten. Es frecuente que los niños busquen excusas para levantarse una vez se han acostado, por ejemplo, para ir al baño, para beber agua, etc. Hay que pedirles que hagan todo lo que necesiten antes de acostarse, no después. Se recomienda dejar un vaso o botella con agua a su alcance por si tienen sed.

La clave para que la hora de irse a la cama no suponga un motivo de conflicto está en hacer participar a los niños de su propia rutina de sueño desde el principio. Enseñarles a vivir el sueño como algo positivo que les ayudará a recuperar energía para el día siguiente.

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